Dípteros parásitos de vertebrados
Sergio Ibáñez-Bernal y María Teresa Suárez-Landa
Red Ambiente y Sustentabilidad
El parasitismo es una relación alimentaria entre dos especies diferentes, en la que una de ellas, el parásito, se alimenta de la sangre o algún otro tejido de la otra, el huésped u hospedero.
Como se alimenta de otro animal, el parásito puede producir cierto daño o deterioro metabólico en el hospedero, aunque en situaciones normales no produce la muerte, lo que sí ocurre en el parasitoidismo y en la depredación. En términos generales, el parásito es más pequeño que el hospedero, suele seleccionarlo de manera específica y requiere uno o muy pocos hospederos para completar su ciclo de vida, los cuales no necesariamente tienen una abundancia mayor a la del parásito. La relación parasitaria de los insectos existe con otros artrópodos y vertebrados, al tiempo que otros organismos parásitos han aprovechado esta relación para utilizarlos como hospederos o como transmisores o vectores de patógenos que producen enfermedades.
Larva de Sarcophagidae parasitando una rana. Foto: Flor G. Vázquez-Corzas, Adriana Sandoval-Comte, Patricia Hernández-López, Sergio Ibáñez-Bernal y Eduardo Pineda
Dentro de los insectos, el orden Diptera al cual pertenecen los mosquitos, moyotes, jejenes, chaquistes, tábanos y moscas, es uno de los grupos más diversificados con alrededor de 160,000 especies conocidas agrupadas en alrededor de 150 familias y uno de los grupos con hábitos alimentarios más variados. Las larvas ocupan ambientes muy diferentes a los adultos y por ello se alimentan de recursos diferentes. Dentro de las formas de vida de los dípteros destaca el parasitismo. Los dípteros pueden parasitar invertebrados y vertebrados, ésta última relación muy importante desde el punto de vista de salud animal y humana.
El parasitismo en Diptera puede ser durante su etapa larval (parásitos protélicos o miasígenos) o en su etapa adulta (parásitos imaginales), relacionándose con el hospedero solo al momento de alimentarse (parásito intermitente) o durante un estado de su desarrollo (parásito transitorio) viviendo en la superficie del cuerpo (ectoparásitos) o en ciertos tejidos, oquedades o conductos internos del hospedero (endoparásitos). Como en los dípteros el desarrollo es holometábolo, con un ciclo de vida conformado por larva, pupa y adulto que utilizan recursos diferentes, no existe el parasitismo continuo en el que durante toda su vida tengan hábitos parásitos.
Las familias de dípteros con representantes parásitos de vertebrados son: Psychodidae (papalotillas), Corethrellidae (moscas picadoras de ranas), Culicidae (mosquitos zancudos), Ceratopogonidae (chaquiste o jején), Simuliidae (chaquiste de río), Athericidae (moscas aterícidos), Tabanidae (moscas del venado, del caballo o tábanos), Calliphoridae (moscas metálicas), Muscidae (moscas comunes), Sarcophagidae (moscas panteoneras), Glossinidae (mosca tse-tsé), Oestridae (moscardón, éstrido), Hippoboscidae (moscas piojo y moscas de murciélagos) que incluye Streblinae, Nycteribiinae que antes eran consideradas familias.
La gran mayoría de dípteros con hábitos parásitos son chupadores de sangre durante su estado adulto (hematófagos) y solo algunas especies de Calliphoridae, Muscidae, Sarcophagidae y Oestridae lo son durante el estado larval (causantes de miasis o miasígenas).
Los dípteros parásitos son extremadamente importantes ya que las especies hematófagas pueden transmitir organismos patógenos a los vertebrados, entre los que destacan virus (virus del dengue, fiebre amarilla, encefalitis arbovirales, etc.), bacterias (brucelosis, ántrax), protozoarios (malaria, leishmaniasis, etc.), filarias (oncocercosis, filaria del corazón del perro, etc.) y que afectan a vertebrados silvestres, domésticos y al humano, mientras que los dípteros miasígenos comprometen seriamente la salud de los animales infestados.
Dentro de la visión moderna de la Organización Mundial de la Salud que se ha denominado “Una sola salud” cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas con un enfoque integral y unificador, el estudio de los dípteros parásitos tiene un lugar preponderante y se constituye en uno de los grupos de animales más importantes para ser estudiados, vigilados y controlados.
Slider: Mosquito Aedes albopictus alimentándose de sangre humana. Foto: César A. Sandoval Ruiz.
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