Huracanes ¿cómo disminuir su impacto?

Sonia Morán-Rodríguez, A. Emmanuel Zúñiga-Tovar y Raymundo Dávalos-Sotelo 

Huracanes, daños, población expuesta

La magnitud de los daños y pérdidas esperados por el impacto de un huracán dependerá en gran medida de su intensidad (viento y lluvia) y su permanencia, así mismo, del grado de vulnerabilidad de la población expuesta y de las condiciones ambientales del territorio.

Los ciclones tropicales (CT) son fenómenos asociados a sistemas atmosféricos inestables (baja presión), donde existe la formación de nubes profundas llamadas Cumulonimbo; estas pueden llegar a contener la energía comparable a 10 bombas atómicas como la de Hiroshima (Navarro y Anreu, 2021).Los CT se caracterizan por tener vientos que circulan en forma contraria a las manecillas del reloj en el hemisferio norte. Ocurren en verano, entre los meses de mayo a octubre. 

¿Existe diferencia entre ciclón tropical y un huracán? 

En ocasiones ambos suelen ser utilizados como sinónimos. Pero no son lo mismo. Un CT presenta diferentes niveles de evolución, que dependen de las condiciones oceánicas y atmosféricas, estos son: depresión tropical (DT), tormenta tropical (TT) y huracán. Este último es el más intenso, y es clasificado a través de la escala de Saffir-Simpson de acuerdo con la velocidad de los vientos. Esta clasificación se dividide en cinco categorías de velocidad de vientos, que oscilan entre 119 a más de 252 km/h Tabla 1.

Tipología

Velocidad de los vientos (Km/h)

Tipo de daños

Perturbación tropical

   

Depresión tropical

61

 

Tormenta tropical

62 - 87

 

Categoría 1

119 – 153

Vientos muy peligrosos producirán algunos daños

 Categoría 2

154 – 177

Vientos extremadamente peligrosos causarán grandes daños

 Categoría 3

178 – 208

Se producirán daños devastadores

 Categoría 4

209 – 251

Se producirán daños catastróficos

 Categoría 5

 Mayor a 252 

Se producirán daños catastróficos

Tabla 1. Tipología de los Ciclones Tropicales y daños esperados. Elaboración propia con datos de la NOAA (https://www.nhc.noaa.gov).

Algunos de los efectos asociados a los ciclones tropicales son: el viento, el oleaje, la marea de tormenta y la cantidad e intensidad de lluvia. Los dos primeros, dependen principalmente de la intensidad del ciclón tropical (velocidad), mientras que la lluvia dependerá de la cantidad de agua precipitable contenida en las bandas nubosas del ciclón. En general, estos fenómenos son peligrosos y dependen de las características meteorológicas y del contexto de vulnerabilidad del territorio y de la población donde impacte (orografía, deforestación, alta densidad urbana, características de marginación, etc.).

La cantidad de lluvia precipitada durante el impacto de un CT, es uno de los principales factores que contribuye con la ocurrencia de inundaciones y deslizamientos de laderas, principalmente en las regiones costeras de México. Los CT están asociados con la mayor ocurrencia de desastres en México, en los últimos 50 años (1970-2020) (Zúñiga & Magaña, 2018), siendo el estado de Veracruz la región que concentra más del 50% de estos desastres durante el mismo periodo. La Figura 1 muestra el grado de exposición del territorio mexicano ante este tipo de eventos; Por lo que, aplicar medidas para reducir los daños esperados en poblaciones y ecosistemas es indispensable.

 

Figura 1. Huracanes en México (1850-2023)

Los vientos asociados a huracanes generan grandes daños, como lo ocurrido recientemente con el huracán Otis, que impacto la costa de Guerrero directamente sobre la ciudad de Acapulco (Fig. 2. Otis, alcanzo la categoría cinco, con velocidades de viento superiores a 252 km/h (Tabla 1). Su ingreso al territorio, no fue afectado por barreras naturales (por ejemplo: montañas), por lo que, su impacto en la ciudad fue directo, ocasionando daños importantes en la infraestructura urbana (derrumbe de edificios, caída en postes de luz, letreros, árboles y mucho más) y ecosistemas circundantes. La magnitud del fenómeno, generó impactos económicos y ambientales, así como la pérdida de vidas humanas y la desaparición de habitantes de la región. 

 

Figura 2. Huracán Otis, Acapulco Guerrero, 2023

¿Qué hacer para reducir los daños? Existen dos variantes indispensables, en las que es posible intervenir, estas son: 1) Barreras físicas. Limitan el impacto de los vientos, reduciendo su intensidad. Son elementos naturales como: arrecifes, manglares, zonas de dunas o montañas de selva y bosque, así como muelles, estos son generalmente naturales, por lo que, deben ser conservadas y restauradas; 2) Acciones sociales y medidas para reducir la vulnerabilidad en la infraestructura construida. aquí se identifica al riesgo como: la probabilidad de daño esperado por un fenómeno natural en un territorio vulnerable. El riesgo puede ser minimizado mediante acciones preventivas implementadas en las sociedades como: a) Planes de prevención y emergencia: la elaboración y aplicación de este instrumento, en hogares e instituciones, realizando simulacros con frecuencia, induce a que la población ejecute satisfactoriamente las acciones que deben ser aplicadas en caso de ser necesario. 

b) Medidas estructurales: si la infraestructura se encuentra expuesta a fuertes vientos se requiere  aplicar diseño con resistencia a viento, esto es que, las edificaciones deben permitir el paso del viento mediante aperturas, generando que no exista choque con la estructura y la fuerza no sea absorbida por el edificio (colocación de puertas y ventanas en dirección a vientos dominantes); Se requiere proteger superficies acristaladas con película anti estallamiento (evita que los vidrios salgan disparados) y se sugiere que la infraestructura urbana sea asegurada ante el paso del huracán.

c) Preservación y recuperación de ecosistemas: conservar los ecosistemas terrestres, no sólo permite gozar de servicios ambientales, si no que minimizan el efecto de los vientos intensos de los CT al actuar como barreras naturales, reducen el riesgo de inundaciones y deslizamientos de ladera, debido a la infiltración natural de los suelos. 

La aplicación de lo sugerido es indispensable, entre otras medidas, con la finalidad de reducir los daños. Recordemos, que los huracanes y ciclones son fenómenos que se pueden conocer con mayor exactitud por la ciencia hoy, por lo que, el reducir su impacto, las pérdidas económicas y el sufrimiento humano, depende de acciones preventivas, que pueden ser aplicadas en corto plazo y su costo beneficio, es altamente rentable.  

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Referencias

  • Navarro, M. A. G., & Anreu, J. A. M. (2021). Mi clásica favorita: Joanne Simpson. Revista Española de Física, 35(3).
  • Zúñiga, E., & Magaña, V. (2018). Vulnerability and risk to intense rainfall in Mexico: The effect of land use cover change. Investigaciones geográficas, (95), 0-0. https://doi.org/10.14350/rig.59465 

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