Las plantas ornamentales: una historia de belleza y diversidad

Carlos Aldair Zárate Pérez1

Las plantas ornamentales tienen una rica historia y un profundo arraigo cultural. En la actualidad, su relevancia se extiende más allá de la estética, desempeñando un papel crucial en la jardinería, el paisajismo y la conservación de la biodiversidad. 

Las plantas ornamentales son aquellas que se cultivan y se utilizan principalmente por su valor estético. Se caracterizan por su apariencia atractiva, con flores coloridas, formas interesantes o follaje llamativo. Son fundamentales en el diseño de jardines y espacios exteriores, ya que aportan belleza y armonía al entorno.

Desde la antigüedad, estas plantas han desempeñado un papel importante en diversas culturas a nivel mundial. Por ejemplo, las culturas del México prehispánico aprovecharon una gran variedad de flores como el Cempaxúchitl, la Noche Buena, Dalias, entre otras, que hoy son referentes en diferentes celebraciones a lo largo del año. En Europa, el uso de plantas ornamentales en jardinería tiene su origen en la Antigua Grecia, aproximadamente hacia el siglo IV a.C. Durante los siglos XIV y XVI, los jardines renacentistas impactaron significativamente el desarrollo de la botánica y la horticultura. En este período, se realizaron importantes descubrimientos en el campo de la botánica y se introdujeron nuevas especies de plantas exóticas en la jardinería.

El descubrimiento del Nuevo Mundo marcó un momento clave para el conocimiento de las plantas ornamentales. Las expediciones botánicas del siglo XVIII llevaron a Europa miles de nuevas especies, que se destinaron principalmente a jardines botánicos. Esto provocó un cambio de paradigma en los jardines y huertos de prestigio: dejaron de ser solo lugares de cultivo de plantas medicinales y comestibles para convertirse en espacios de estudio e investigación, donde se llevaron a cabo actividades de aclimatación, selección, cruce, producción y conservación de diversas plantas, incluidas muchas plantas exóticas que se incorporaron a ritmos sin precedentes.

Estos nuevos enfoques abrieron nuevas perspectivas tanto teóricas como prácticas en el conocimiento de las plantas. Fue una época en la que jardineros y horticultores enfrentaron retos agronómicos, taxonómicos y logísticos tan extraordinarios que aún nos maravillan hoy en día.

Una de las tendencias recientes en jardinería y paisajismo es el uso de diseños con bajos requerimientos de mantenimiento. Estos diseños generalmente se basan en comunidades vegetales planteadas ecológicamente, desarrollando composiciones de especies nativas y exóticas que son ricas tanto desde el punto de vista ecológico como estético. Aunque las plantas nativas no fueron consideradas en el diseño de jardines durante mucho tiempo, actualmente son utilizadas como alternativa a especies ornamentales tradicionales, debido a su resistencia a plagas y enfermedades, alta tolerancia a la salinidad, eficiencia en el uso del agua y pautas de crecimiento bien adaptadas a las condiciones climáticas.

México, con su rica biodiversidad, alberga una gran cantidad de plantas nativas con un potencial ornamental inmenso. Sin embargo, a pesar de su belleza y singularidad, muchas de estas especies permanecen prácticamente desconocidas. La investigación exhaustiva sobre su biología, ecología y requerimientos de cultivo es fundamental para desarrollar protocolos de propagación eficientes y establecer técnicas de cultivo adecuadas. Al promover el uso de especies locales en jardines y paisajes urbanos, no solo se fomenta el respeto por el entorno natural, sino que también se contribuye a la preservación de los ecosistemas y al desarrollo de un sector ornamental sostenible.

En definitiva, las plantas ornamentales son mucho más que simples elementos decorativos. Son un legado cultural, una fuente de inspiración y una herramienta para conectar con la naturaleza. Al cultivar y apreciar estas maravillas botánicas, no solo embellecemos nuestros espacios, sino que también contribuimos a la conservación de la biodiversidad. La investigación continua y la promoción de prácticas responsables en la jardinería son fundamentales para garantizar que las plantas ornamentales sigan siendo una fuente de alegría y bienestar para las generaciones venideras.

"La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional"

 
Fig 1: Odontonema strictum, especie nativa con potencial ornamental. Carlos Aldair Zárate Pérez
Slider: Tagetes lucida, planta nativa con potencial ornamental. Carlos Aldair Zárate Pérez
 
1Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero