Peces dulceacuícolas del río La Antigua, Apazapan, Veracruz: micro-área de conservación

Alfonso Díaz Rojas¹ e Ivette Chamorro Florescano²

México es uno de los países reconocido por la gran diversidad de plantas y animales que presenta a nivel mundial. Entre ellos, está la diversidad de peces que comprende un total de 2763 especies y que representan el 9.8% a nivel mundial. De los cuales, son conocidas 505 especies de peces dulceacuícolas, 145 de ellas son especies primarias; es decir, que son dulceacuícolas obligadas.

El 57% de esas especies se consideran endémicas (distribución restringida a un área geográfica) de las cuencas en donde habitan. La gran diversidad íctica mexicana ha sido promovida por diversos factores como la ubicación geográfica en la que concurren dos grandes zonas de acuerdo con criterios ecológicos y climáticos, y que son reconocidas como la región neártica y neotropical, también a la extensa latitud geográfica que ocupa el país, su orografía, posee una gran cantidad de lagos volcánicos, al aislamiento del altiplano en la mesa central, a la adaptación de grupos marinos a corrientes de agua dulce, entre otros.

La cuenca del río La Antigua ocupa una superficie de 2827 km², está localizada entre los estados de Veracruz y Puebla y desemboca en el Golfo de México. A pesar de la importancia que conlleva, factores como la contaminación, la extracción inadecuada de agua, los cambios de uso de suelo asociados con las actividades agrícolas y pecuarias que se desarrollan a lo largo de la cuenca y el cambio climático, son algunas de las principales amenazas que ponen en riesgo la conservación de sus ecosistemas. En las últimas décadas el impacto antropogénico desmedido ha sido devastador. En general, la fauna íctica de México se encuentra en peligro, por estar confinada a fragmentos aislados que están expuestos a la destrucción del hábitat por el crecimiento de la mancha urbana, la sobreexplotación, la contaminación por actividades forestales, industriales, domésticas y la introducción de especies exóticas. La alteración de los hábitats lóticos (cuerpos de agua en movimiento) ha tenido como consecuencia que han dejado de ser ambientes adecuado para las especies de peces nativas, sobre todo por el deterioro de la calidad del agua; de hecho, la cuenca del río La Antigua y sus afluentes requiere de acciones enfocadas a la conservación y protección de la flora y fauna debido a diversas actividades antropogénicas que lo han contaminado.

Astyanax mexicanus especie nativa y omnívora (se alimenta en especial de insectos, huevos, larvas y juveniles de peces) con distribución restringida a la zona selva baja caducifolia

Son pocos los estudios que se han generado de la ictiofauna en el río La Antigua, uno de ellos desarrollado en la parte alta del río, encontraron que existen “refugios” de especies de peces dulceacuícolas y que las áreas con y sin asentamientos humanos muestran afectaciones en la diversidad de especies y en sus parámetros demográficos. Si estos hábitats o refugios de especies se proponen como Áreas Naturales Protegidas, pudiera ser la esperanza para la manutención de los hábitats, sus especies y procesos ecológicos. Los principales componentes de la cuenca hídrica son la vegetación, el suelo y el agua, por lo que cualquier alteración de este equilibrio, en la interacción tierra-agua, como el cambio en la concentración de nutrimentos y el flujo de energía, podrían modificar los procesos ecológicos y ser devastadores para la biota.

Con este panorama desolador, aún existen áreas que requieren urgentemente la elaboración de inventarios de las especies nativas, como son los manantiales de la localidad de Apazapan, Veracruz. En dónde, en un estudio preliminar de la región alta de la cuenca del río La Antigua, se pudo obtener un registro de 15 especies de peces nativos y 2 especies exóticas, pertenecientes a 13 géneros y 8 familias de fauna íctica: Astyanax mexicanus (Figura 1), Rhamdia guatemalensis, Heterandria bimaculata (Figura 2), Poecilia mexicana, Poecilia latipinna, Xiphophorus hellerii, Poeciliopsis gracilis, Poecilia sphenops, Thorichthys ellioti, Parachromis friedrichsthalii, Vieja fenestrata (Slider), Sycidium gymnogaster, Agonostomus montícola, Synbranchus marmoratus, Onchorhynchus mykiss. De las cuales, 13 especies se registraron en los manantiales de Apazapan, resaltando la importancia de este micro-sitio de conservación.

Heterandria bimaculata especie insectívora y bien distribuida en todo el gradiente de la cuenca alta del río La Antigua, Veracruz (bosque de niebla, pastizal, cafetal y selva baja caducifolia

En la cuenca alta del río La Antigua se han registrado 15 especies en un gradiente altitudinal que va de 1500 a 300 m snm, pasando por ecosistemas de bosque de niebla, selva baja caducifolia, pastizales, cultivos de café y caña de azúcar a lo largo de la cuenca. Se ha encontrado que los ambientes con mayor materia orgánica como los cafetales y la selva baja caducifolia fueron las zonas con una mayor riqueza de especies (13), mientras que las zonas con pastizales inducidos y asentamientos humanos mostraron un menor número de especies (1 a 5). La única especie que se mantuvo en todo el gradiente de muestreo fue Heterandria bimaculata.

Los estudios de las comunidades bióticas en sistemas acuáticos son urgentes, prioritarios y necesarios para conocer la riqueza de especies ícticas nativas del río La Antigua y evaluar su estado de conservación, de la misma forma se requieren estudios adicionales que muestren el grado de irremplazabilidad y vulnerabilidad en la cuenca de río La Antigua para la correcta gestión y manejo de micro-sitios de diversidad del municipio de Apazapan, en aras de la conservación de las especies y sus hábitats, como lo es la fauna íctica dulceacuícola de la región.

Bibliografía

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Slider: Vieja fenestrata especie nativa ictiófaga distribuida solo en la zona selva de la cuenca del río La Antigua, Veracruz. (Foto tomada de Miller, et al. 2009).