Virus trabajando en equipo
Cindy S. Molina, Laura Navarro de la Fuente, Juan Sebastián Gómez y Trevor Williams
Red de Manejo Biorracional de Plagas y Vectores
Los virus pueden funcionar como entes sociales. Esto les permite obtener ventajas como aprovechar las proteínas entre ellos, escapar al sistema inmune, aumentar la probabilidad de transmisión y más.
Vivir en grupo es algo común en la naturaleza. Nosotros, los humanos, somos un ejemplo de un animal social. Animales como los elefantes, los peces que forman bancos e incluso insectos pequeños como abejas y hormigas también son animales altamente sociales y se benefician de múltiples formas, por ejemplo, protegiéndose mejor de sus depredadores, cuidando las crías en conjunto o consiguiendo alimento. No solo los animales hacen esto, los microorganismos más pequeños como bacterias y hongos también, ¡incluso los virus lo hacen!
La rama de la sociovirología se ha desarrollado en los últimos años para estudiar las interacciones que ocurren entre los virus. Los virus son entidades infecciosas que se multiplican dentro de una célula. Son muy simples ya que se conforman de un pequeño trozo de material genético y una cáscara de proteínas (la cápside). Incluso, es común que no se les considere como organismos vivos. A pesar de esto, se ha mostrado que estos participan en interacciones de formas muy diversas e importantes en la naturaleza y en la salud humana.
Por ejemplo, la infección conjunta del virus de la influenza A y del virus sincitial respiratorio, resulta en virus híbridos que podrían escapar a nuestro sistema inmune más fácilmente. También, algunos virus utilizan “ayudantes” como es el caso virus del mosaico del trigo y su virus satélite. En este caso, un virus que por sí solo no puede infectar a la célula (satélite), es ayudado por las proteínas del virus del mosaico del trigo para infectar y completar su ciclo. Además, cuando la célula es infectada por ambos virus, la infección es más severa.
Otro ejemplo de interacción ocurre en virus con múltiples variantes, como ocurre con el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. Desde el inicio de la pandemia que aún estamos viviendo, se han reportado al menos diez variantes de este virus, e importantemente se ha reportado que un paciente puede infectarse con dos o más variantes al mismo tiempo. Esta interacción entre variantes puede disminuir la eficacia de la inmunidad otorgada por vacunas o una infección previa.
El proceso que ocurre entre un virus y una célula para lograr una infección es muy complejo; es difícil para una sola partícula viral ingresar con éxito en una célula. Para mejorar la probabilidad de la transmisión, algunos de los virus se transmiten en grupo, como las partículas de SARS-CoV-2 en una gota de mucosidad emitido durante la tos. Asimismo, las partículas de los Baculovirus que infectan a orugas se untan en grupos y están ocluidas en una matriz de proteína para su transmisión de una oruga a otra.
La sociovirología ha mostrado estos fenómenos y más en múltiples tipos de virus tanto de importancia médica como biotecnológica. Por esta razón la sociovirología representa una prometedora área de investigación. El estudiar a los virus como entes sociales no solo cambia la percepción que tenemos de los mismos si no que permitirá nuevos avances científicos como el desarrollo de nuevas vacunas y terapias para infecciones virales en los humanos o incluso aplicaciones biotecnológicas como en la agricultura y el control plagas con insecticidas biológicos basados en los baculovirus.
“La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional”